jueves, 31 de enero de 2008

Si las moleculas de arena recorren las lineas de mi mano, mientras el sol cae, allá lejos -en un horizonte que invita a soñar- y el viento juega con mis oídos y recorre mi cuerpo al tiempo que las olas mueren y renacen en una orilla gastada que pronto será sólo un recuerdo... puedo decir que todavía guardo algo de esperanza.