A veces un simple mensaje dice mil cosas que no podríamos expresar si hicieramos el esfuerzo.
Hoy fuí feliz. Con un simple mensaje, fuí feliz.
Y nada más importo. Nada.
Si hasta estuve todo el día sonriendo sin motivo aparente.
Y ese pacto de pocas palabras, un simple ¿Nos vemos este fin de semana?, logró lo que ninguna otra persona había podido en mucho tiempo, y hasta me hizo olvidar el ocasional inconveniente -entre cotidiano y cinematográfico- vivido horas antes.
Y estoy contenta, maravillada, extasiada, no podría pedirte más nada... hasta que llegue el fin de semana.
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